I El principio
El Tao
llamado Tao
no es
el Tao eterno.
El
nombre que puede ser nombrado
no es
el verdadero nombre.
El
principio del cielo y de la tierra
no
tiene nombre.
Con
nombre es la madre
de los
diez mil seres.
Por
eso, aquel que se libera de deseos
contempla
la secreta perfección.
Aquel
que se llena de deseos
contempla
solamente sus fronteras.
Los
dos nacieron juntos,
pero
llevan distintos nombres.
Juntos,
se llaman el misterio.
Misterio
más profundo del misterio
y son la
puerta de toda maravilla.
Este
primer texto indica la diferencia entre la esencia del Tao y el Tao que actúa en
el mundo. El primer aspecto del Tao es el no manifestado, el que está más allá el
ser y del no-ser y es inefable por su naturaleza. No puede entonces, ser nombrado,
en tanto que el nombre indica lo personal o lo individual y no es aplicable a
lo universal. Lo espiritual (cielo) y lo material (tierra) han nacido de un
principio sin nombre. La madre de los 10.000 seres (todos los seres de la existencia
universal) tiene nombre, es propiamente la naturaleza primordial, la existencia
universal, lo informal (caos primordial) capaz de producir todas las formas. El
nombre entendido en el sentido más amplio que le atribuye el pensamiento
arcaico y el del oriente tradicional no es verdadero, porque sirve para
designar la multiplicidad de las cosas y su origen en lo que se refiere a su
diferenciación (Tao con nombre). El deseo está luego ligado al nombre (deseo
personal, renombre) y contempla (no puede superar) sus límites (individuales,
"fronteras"). El Tao no manifestado y el Tao manifestado, Yin Yang,
madre de todas las cosas "nacieron juntos" y representan
respectivamente el aspecto interno, transcendente e inefable y el aspecto
externo, inmanente y activo (la naturaleza primordial) como el sol y sus rayos.
Llevan distintos nombres porque sus nombres se originaron al desprenderse los
seres individuales del caos primordial, y se generalizaron con la formalización
del lenguaje. Por eso en el primer verso, el primer Tao no es posible de
expresar, "en cuanto el nombre se refiere a las cosas, forma la figura, y
por lo tanto no dura" (Wang Pi). La unión de lo no-manifestado con la
manifestación informal, en cuyo seno existen en principio todas las formas,
constituye el misterio mediante el cual se llega al secreto conocimiento. Wang
Pi: "Todas las cosas nacieron en lo sutil y luego se manifestaron. Quien
no tiene deseos puede llegar a ver el principio de las cosas. En la cumbre se
llama el principio y en el fondo se llama la madre. La maravilla es la
tiniebla, oscurecimiento que está más allá del ser, lo que en un principio
salió de la madre".
Hay
que recordar que la puerta china tiene dos partes.
"Maravilloso
en el Gran Tao, el no-ser (lo que está más allá del ser), el limitado es el Tao
chico, el ser" (Li Tsi Chai).
Traducido
por Onorio Ferrero
Editado por Ignacio Prado Pastor, Febrero 1972
Editado por Ignacio Prado Pastor, Febrero 1972
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